domingo, julio 09, 2006
Luna llena

El otro día escuché el símil mas cruel y a la vez mas gracioso que me han dicho nunca. "Tio, eres como la luna llena: blanco, redondo y solo entre estrellas". mi respuesta no fue otra que reirme.
De qué o de quién me reí, lo dejo como vana incognita. El caso es que el amigo de marras, sincero hasta doler, llevaba razón. Incluso se le olvidó mencionar los eclipses, que también ocurren en determinadas ocasiones, las ramas de los árboles que no permiten siquiera ver en que lugar se encuentra el satélite o los ojos cerrados que se niegan a mirar alto, allí arriba, intocable a la luna.
Demasiado alto y no veo nada, todo está ahí abajo y cuando el sol decide dejarse ver, es cuando cumplo la condena. Solo en determinados días puedo mirar con orgullo al sol, en su cielo azul claro; es en ese momento en el que me planteo si tiene algo de malo ser luna llena, satélite de sangre.