jueves, agosto 17, 2006

Ismael

Como cada primer día de lluvia de la temporada (o el último según quien lo piense), escucho a Ismael.

Él es como Dulce, pero antes que ella; el idioma nos une, las palabras son como avispas, ya lo dijo otro más veraniego.

La extraña pareja a duo con Lichis es como un trago de melancolía tomado a la hora del Vermut, sin anchoa y mirando al trasluz la luna ciega, transparente, mentirosa.

Mario me dice que la niebla que cubre el castillo es una nube que no quiere irse al cielo, que prefiere estar en Jaén pasando este fresquito.

Y miro al cielo y sonrío, lleva razón, no es tan tarde para disfrutar de este verano.

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